La semana en la que Sánchez ha puesto freno a Podemos: la reforma del 'sí es sí' en solitario y las rebajas en la ley animal tensan la coalición

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su salida de una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su salida de una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.
Europa Press
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su salida de una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.

Se han escrito ríos de tinta sobre las desavenencias de la coalición en sus más de tres años de vida. Esta semana, no obstante, han ocurrido dos hechos inéditos que, si bien no han herido de muerte al pacto bicolor, lo han dejado trastocado: nunca antes uno de los dos grupos había estado tan cerca de votar en contra de un proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros, como ha sido el caso de Unidas Podemos en la ley de bienestar animal; y nunca antes el PSOE se había planteado reformar una de las leyes estrella de los 'morados' sin su concurso.

Este último caso es casi el más significativo, porque las diferencias con respecto a la otra ley vienen meses arrastrándose. Además, ha sido con la ley del 'solo sí es sí' con la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado un golpe de autoridad. El goteo de rebajas de penas a agresores sexuales comenzaba a desangrar electoralmente al partido, que había aguantado bien otras reformas a priori más peligrosas, como la supresión de la sedición o la modificación de la malversación.

El jefe del Ejecutivo se convenció entonces de que la ley debía modificarse. Pese a que presumiblemente el grueso de las revisiones ya están hechas y no hay nada que lo arregle. Lo importante, así, es el gesto político. Hace dos semanas, una filtración periodística anunció que el Gobierno tocaría la ley. Le sucedió una rueda de prensa de la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, el lunes 30 de enero alertando de que lo harían "con o sin" Unidas Podemos. Tras dar un margen de días, este pasado lunes se consumó el órdago. "Yo siempre doy la cara y, cuando hay un problema, me empeño en resolverlo", dijo dos días después.

Y el pulso sigue. De hecho, ha empeorado. Las ministras responsables de negociar -Pilar Llop, de Justicia, por parte del PSOE; e Irene Montero, de Igualdad, por parte de Unidas Podemos- han estado días sin hablar y los 'morados' han subido el tono de forma considerable. Han llegado a acusar a los socialistas de querer "volver al Código Penal de la Manada". Esto soliviantó a los socialistas, que empiezan a cansarse de las declaraciones de los morados. Pese a todo, el presidente Sánchez descartó este viernes tajantemente que la coalición corra riesgo de ruptura -"no se contempla", aseguró- y recalcó su confianza en "todos" sus ministros, "también la de Igualdad".

En cuanto a la ley de bienestar animal, la polémica venía de lejos. En un primer momento, se incluyó a los perros de caza. Sin embargo, la presión del mundo rural -y sobre todo, de algunos barones cuyo poder depende de ese sector- hicieron al PSOE replanteárselo y aprobar una enmienda junto a PP y Vox para sacarlos. Esto ha puesto la ley en peligro durante semanas. Se ha retrasado su aprobación y los 'morados' han intentado volver al texto original hasta el último momento, en el que han cedido para evitar derribar el conjunto de la ley. Pero la palabra del presidente era clara. Y la sensación en el partido también: si se "atacaba" al mundo rural, podían perder Castilla-La Mancha o Extremadura, dos comunidades emblemáticas para los socialistas.

El golpe en la mesa del presidente ha sido aplaudido por el partido. También por uno de esos barones que podía perder en mayo si la ley de bienestar animal incluía a los perros de caza. Emiliano García-Page, presidente castellano-manchego y siempre crítico con Sánchez, alabó la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. "Agradezco que el Gobierno y el presidente lo hayan planteado", dijo. En el grupo parlamentario también apoyan que el PSOE comience a distanciarse de Unidas Podemos. "Nosotros somos el grupo mayoritario, sin nosotros no salen las leyes", dice uno de los diputados de la bancada socialista. En su opinión y más ahora que se acercan las elecciones, la formación afincada en Ferraz no puede hacer "seguidismo" a Unidas Podemos, que "se está peleando por sobrevivir". "Si nos ponemos firmes, se hará lo nuestro", añade.

Una presión "evidente"

Pero eso, que ponerse "firmes" sirva para sacar adelante las leyes que a la coalición le faltan por cerrar, genera muchas dudas en el seno del partido morado. Fuentes de Unidas Podemos, de hecho, se mostraban el jueves muy enfadadas con el PSOE a escasos minutos de que se votara en el Congreso la ley de bienestar animal porque el Gobierno no consiguió asegurarse los votos para sacarla adelante prácticamente hasta el último momento a causa del empeño socialista en excluir a los perros de caza de la norma. 

Para la formación, lo ocurrido esta semana es precisamente la prueba de que, cuando los socialistas se apoyan en el PP para puentear las demandas de sus socios, ponen en serio riesgo tanto la aprobación de las leyes como la estabilidad de la legislatura al "socavar" la confianza de la mayoría que, con notable solidez, ha mantenido al Gobierno desde 2020. Y Unidas Podemos no es el único que se muestra molesto con la actitud de un PSOE que cuenta con 120 escaños en el Congreso, a 56 de la mayoría absoluta: hace unas semanas, el portavoz del PNV en la Cámara Baja, Aitor Esteban, exigió al presidente Sánchez "cuidar a sus socios" y le pidió que no intente llevarles "de la soga, tirando y provocando debates legislativos que en lo ideológico pueda tensar más las costuras del circunstancial traje de la alianza gubernamental".

Para Unidas Podemos, lo ocurrido esta semana tanto con la reforma unilateral de la ley del sí es sí presentada por el PSOE como con la ley de bienestar animal es una muestra "evidente" de que los socialistas "están tensando la coalición", especialmente con asuntos sensibles para el electorado progresista. Pero fuentes moradas aseguran que, por su parte, no tienen ninguna intención de romper la alianza de Gobierno, y defienden que a Unidas Podemos no se le puede achacar no haber estado "hasta el final negociando todos los temas". Estas fuentes, además, argumentan que no tendría ningún sentido una ruptura cuando el próximo Gobierno tiene muchas papeletas para ser de nuevo de coalición: o de izquierdas, o de derechas.

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